Debido a nuestra naturaleza humana, los signos exteriores nos impactan. Por eso el mundo es tan atrayente. Y precisamente por eso Dios nos da la gran belleza de la Navidad. No debemos apartar nuestra vista del rostro de la Virgen Maria ni de su Divino Hijo. Tener la mirada fija así tiene sentido exterior e interior. Queremos [1] obedecer a Dios; [2] complacer solo a Jesús; [3] aceptar la voluntad de Dios; y [4] solo desear a Dios.
Ponga su atención sobre la Oración Colecta de la Iglesia en general y hoy en particular. Rezamos por un aumento de la fe, la esperanza y la caridad. No podemos crecer en las virtudes teológicas por nuestros propios medios. Dios nos las promete y son Sus regalos gratuitos. Sin embargo, hay que hacer nuestra parte para merecerlos. También le pedimos a Dios que nos ayude a amar Sus Mandamientos. Con demasiada frecuencia, los hombres ven erróneamente la ley de Dios como una carga; sin embargo, es una expresión del amor divino.
El corazón inmaculado de María contiene en si toda caridad. Inculcando en nuestros corazones los cinco sentimientos principales de su corazón es la forma más básica de fomentar devoción al corazón inmaculado. [1] Horror por todo pecado. [2] Odio por este mundo corrupto. [3] La menor estima posible hacia uno mismo. [4] Reverencia por todas las cosas de Dios. [5] Amor a la cruz.
Esencial para el Mensaje de Fátima es la devoción y la reparación al corazón inmaculado. Consideremos este corazón santo y bellísimo: Nunca existió ni un momento sin amar a Dios. Siempre lleva dentro si los misterios de Dios y la pasión de su Hijo. Recibió las mismas heridas que Jesús sufrió en su cuerpo. Es fuente de vida, gracia y misericordia. Nuestra devoción debe seguir el consejo de San Juan Eudes: "guarda en tu corazón los sentimientos que hay en el corazón de Maria."
Está gran fiesta se trata de la felicidad, gloria y el poder con los que Dios corona la vida de la Santísima Virgen María. Consideremos dos lecciones: [1] La gloria que María recibe en el cielo corresponde a la vida que vivió en la tierra; será así para nosotros también. [2] Ella es nuestra reina y efectivamente tiene un poder infinito. Debemos acudir a María con el deseo de enmendar nuestras vidas.
El santo evangelio de hoy explícitamente nos dice que Nuestro Señor Jesucristo llora. ¿Por qué? Su pueblo lo rechaza. El mundo no deja de pecar. Mantén muy viva esta imagen en tu mente. Es para que respondamos en dos maneras: [1] Imitemos a Cristo; [2] Seamos más motivados para consolarlo (reparación).
Debemos actuar sabiamente para la salvación de nuestras almas y debemos valorar sobre todo las cosas de Dios, en particular, la Preciosísima Sangre, porque esta es la que nos salva. La Santa Misa, La Santa Comunión, y la Confesión son los tres medios principales de la salvación y también son los grandes recipientes de la Preciosísima Sangre. La reparación es uno de los principales objetos de la devoción a la Preciosísima Sangre. Hay que ser deseosos de hacer reparación por todos los pecados: los propios, los de mi familia, los de la sociedad, y los de la iglesia.
Solo podemos llegar al cielo porque nuestro Señor Jesucristo derramó su preciosísima sangre por nosotros. Esta efusión de la sangre de Cristo se renueva en el sacrificio de la santa misa. La iglesia católica ha enseñado cuáles son las obligaciones de cada estado respecto a Dios. El estado debe dar gracias a Dios, debe reconocer su soberanía, y debe respetar sus leyes. Además, el estado también tiene la obligación de ofrecer a Dios el verdadero culto y apoyar a la verdadera religión.
El Sagrado Corazón tiene amor predilecto por los pecadores. Jesús desea reinar a través de Su amor. Él es rey soberano de todos los individuos, familias y naciones. La sociedad civil tiene que organizarse según los principios católicos. Debemos promover los aspectos reales y sociales de Su reinado. Todos los que tienen el derecho de mandar reciben su autoridad de Dios. El estado tiene la responsabilidad de salvaguardar la ley de Dios. Sin embargo, Cristo Rey es despreciado y rechazado casi universalmente. Increíblemente, esto también es cierto dentro de la Iglesia Católica. Haz lo mejor que puedas para ofrecer reparación al [...]
Hay que morir a los pecados a vivir según la gracia De Dios – ¿pero cómo? Todo el mundo habla del amor, pero no sabemos cómo amar. Tenemos que aprender de Jesucristo. Somos sanados por sus llagas sagradas. Practiquemos las devociones a sus santas llagas (rosario, coronilla). Consideren la revelación privada a Sor María Marta Chambon que simplemente confirma lo que la iglesia ha revelado públicamente, por ejemplo, por medio de su liturgia, el cirro pascual, y el vidi aquam. Recuerden, ofrecer las llagas de Jesucristo al Padre le rinde a Dios suficiente honor y gloria.
