Durante la Navidad, hagamos el esfuerzo de considerar el amor inmenso que nuestro Salvador nos ha tenido al querer nacer pobre, rechazado y desconocido. A cambio, hagamos cuatro peticiones encaminadas a aumentar nuestro amor por Él. Pidamos la gracia de obedecer, agradar y desear sólo a Dios y de aceptar su voluntad en todos los asuntos. La Navidad es también una gran fiesta del corazón de María. Porque la Encarnación se debe en gran parte al amor, al deseo, a la humildad, a las oraciones y a la santidad del Corazón de María. Ahí tenemos el modelo de cómo debemos amar a Dios.
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DVRodriguez2025-01-19T13:30:48-05:00