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Esencial para el Mensaje de Fátima es la devoción y la reparación al corazón inmaculado. Consideremos este corazón santo y bellísimo: Nunca existió ni un momento sin amar a Dios. Siempre lleva dentro si los misterios de Dios y la pasión de su Hijo. Recibió las mismas heridas que Jesús sufrió en su cuerpo. Es fuente de vida, gracia y misericordia. Nuestra devoción debe seguir el consejo de San Juan Eudes: "guarda en tu corazón los sentimientos que hay en el corazón de Maria."
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