La Navidad es gran fiesta del Corazón de María. De este corazón, mar vasto de gracias y un horno inmenso de amor, nació la Luz del mundo, el Salvador. El Niño Dios nos da el Corazón de su Santísima Madre para que podamos experimentar la inmensidad de su amor y corresponder a su amor a ejemplo de la Virgen María. Así tendremos compasión de los sufrimientos de Nuestro Señor, por ejemplo, los que padeció en los misterios de su infancia. Nuestro gran anhelo debe ser expresado por la oración de San Luis de Montfort: «Que no tenga otro corazón que el tuyo, para amar a Dios con un amor tan puro y ardiente como el tuyo».
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DVRodriguez2025-01-20T20:50:56-05:00