Seguimos explicando como el principal deber y mayor dignidad de los fieles consiste en participar - bien y profundamente - en la Santa Misa. Se participa intensamente y activamente uniéndose a Cristo, el sumo sacerdote. Es decir, debemos ofrecer el sacrificio justamente con Cristo, y con El, ofrecernos a nosotros mismos. Pues para lograr una verdadera y profunda participación en la Misa tenemos que adquirir y reproducir la misma disposición y los mismos sentimientos de Cristo (ver Fil 2:5). El ejemplo más maravilloso de la muerte mística que se requiere para participar en la Santa Misa es dada por la Santísima Virgen en sus dolores. Los detalles proporcionados por la mística, Ven. María de Agreda, nos ayudan a comprender el gran misterio de los sufrimientos de Nuestra Señora.
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svfonline2019-10-13T13:58:33-04:00